No podemos dormirnos en los laureles, a riesgo de lamentarnos de no haber guardado.
Lo que estoy diciendo no es que se dejen poseer por las ansias de comprar sin ningún criterio ni análisis, pero a veces vaticinamos insistentemente que algo ocurrirá, pero nos olvidamos de que ese futuro hipotético puede llegar rápido.
Si estás convencido de algo, pregúntate, cuanto estás dispuesto a “apostarle”. No vaya a ser que aciertes pero no te lleves la ganancia. Hazlo, aunque siguiendo un criterio de inversión más que de suerte (entiende los fundamentos de lo que amas, no los olvides).
Recuerda, controlar riesgos importa, pero que no tomar riesgos deja perdidas: se llama costo de oportunidad. ¿Eres un idealista? sacale ganancias - ahorrando - o deja de serlo.